Se cree que los papeles al engrudo o engrudados tienen sus orígenes en los propios talleres de encuadernación. La técnica era sencilla y los materiales para su elaboración se encontraban al alcance de la mano de los artesanos: un poco de engrudo, pigmentos y papel. Pero los papeles de Herrnhut se destacaron por su alta calidad y la complejidad de sus diseños.
La Hermandad de Moravia
Estos papeles fueron creados y realizados por mujeres de la Hermandad de Moravia. Dicha hermandad estaba compuesta por hombres y mujeres célibes. Como eran protestantes, fueron perseguidos por los nobles que se oponían a la reforma de la Iglesia. Finalmente, en 1722 encontraron refugio en Sajonia y fundaron la ciudad alemana de Herrnhut.
Si bien estaban a salvo en la ciudad, de alguna manera había que ganarse el pan de cada día y asegurarse la subsistencia. Fue entonces que los misioneros comenzaron a vender productos de manufactura propia. La confección y diseño de los papeles de algodón pintados estaba a cargo exclusivamente de las mujeres. La apertura del taller de papel data del año 1764 pero se cree que, en un principio, estos papeles no se comercializaban y sólo se aplicaban a las cubiertas de los libros religiosos para uso interno de la hermandad.
Características de los papeles
Los papeles eran producto de la creatividad de estas artistas anónimas. No han quedado registros de sus nombres, como así tampoco inventario alguno de los materiales o bocetos de estos diseños tan particulares. Como se trataba de una comunidad religiosa, no hubiese estado bien visto que los papeles llevaran un sello o una firma personal.
Los elementos predominantes eran las líneas onduladas o rectas dispuestas en diagonal, vertical u horizontal. Así formaban una especie de retícula tridimensional en cuyos espacios libres se dibujaban figuras gestuales en forma de nubes o rosetas. También se valían de sellos de madera, moldes, peines y ruedas decoradas para aplicar texturas. Los colores que utilizaban era principalmente el índigo y el carmín. Pero no faltaban los amarillos, marrones o verdes.
La fama y el progreso
Con el tiempo, los papeles se hicieron muy famosos. Las editoriales alemanas no tardaron en darse cuenta de su potencial comercial y los compraron en grandes cantidades para revenderlos a los
encuadernadores en las exposiciones. Después de 1800 disminuyó mucho la calidad de los papeles y con la llegada de la industrialización fueron suplantados por papeles impresos de menor
costo.
Lo cierto es que estos papeles pintados a mano pueden convertir cualquier libro o cuaderno en un ejemplar único porque su diseño es irrepetible, y porque surgen de un acto de creatividad directo
y espontáneo.
Algunos cuadernos Karintipia están forrados con papeles pintados a partir de esta técnica. Podés verlos en este link
Escribir comentario