En otras épocas, aquellos libros que no se destacaban por su decoración o valor intrínseco acostumbraban ser ignorados y, con frecuencia, desechados. A lo sumo podían esperar que se les
reemplazaran las tapas pero, en normas generales, los bibliotecarios de antaño no pensaban mucho en conservación y a menudo debían hacer lugar para ejemplares más valiosos.
Fue recién a principios del siglo XX que algunos bibliófilos se sintieron atraídos por el estudio de las encuadernaciones antiguas. Muchas teorías sobre la construcción de encuadernaciones
pasadas se basan en presunciones ya que resulta difícil encontrar ejemplares originales bien conservados.
Origen
El término copto viene del griego y significa Egipto. Los ejemplares de cuadernillos múltiples que se encontraron hasta la fecha se ubican en el desierto egipcio y datan del siglo IV d.C. Así
mismo, algunos murales pintados por los coptos muestran figuras religiosas sosteniendo libros sagrados que indican el uso de la encuadernación copta (ver imagen más arriba).
Las primeras comunidades cristianas coptas eran nómades, no tanto por elección sino más bien porque eran perseguidas o expulsadas de las aldeas por motivos religiosos. Bajo estas circunstancias,
conservar los textos sagrados en rollos no era lo más práctico para desplazarse por el desierto. De esta manera nace la encuadernación copta, que constituye la matriz de todas las
encuadernaciones hasta nuestros días.
Estructura
De estructura sencilla, los cuadernillos iban cosidos entre sí por una cadeneta. No fue casual la elección de esta costura, ya que era usual en la confección de calzado, monturas y carteras de
cuero por aquella época.
Las estaciones de costura podían ser impares o pares, cosidas con una o con dos agujas curvas. Cabe destacar que esta última permitía una sujeción más firme y duradera.
Las tapas de pasta de papiro o madera se unían al primer cuadernillo con el mismo hilo de costura. Es decir, no llevaba ningún tipo de adhesivo.
Desventajas
A lo largo del tiempo, la costura sufrió muchas variaciones dado que tenía (¡y aún tiene!) sus puntos débiles.
La unión de las tapas a través de orificios generaban un desgaste mayor en las bisagras que, además, debían soportar el peso de las tapas que solían ser de madera.
Por otro lado, al no contar con un lomo firme que contuviera toda la estructura, el cuerpo de los cuadernillos tendía a encorvarse hacia adentro.
Estos inconvenientes fueron reconocidos conforme otras culturas, como la bizantina o etíope, adoptaron este tipo de encuadernación. Así por ejemplo, los bizantinos optaron por reforzar la unión
de las tapas con un hilo doble y bordar cabezadas que se extendían a las tapas.
En la Edad Media se agregaron más cordones de sujeción entre los cuadernillos (puntada espina de pez) o se reforzó el área del lomo con una tira de cuero o hueso (ver entrada anterior ¿Qué es un coopertorium?)
Puntos a favor
La apertura plana del libro resulta ser muy cómoda para escribir a mano o para bocetar.
Entre las características más interesantes se destaca la costura de hojas sueltas y, por ende, el uso de materiales diversos tales como planchas de plástico, acrílico, madera, cartón, metal, etc.
En resumen, la encuadernación copta no deja de ser una encuadernación atractiva y versátil para experimentar a gusto y sin límites creativos.
Para aquellos que deseen indagar más sobre las variantes de este tipo de encuadernación y/o su historia les recomiendo la siguiente bibliografía:
Szirmai, J. A., "The Archaeology of Medieval Bookbinding", c. II.
Smith Keith, "Exposed Spine Sewings", v. III.
Lamacraft, C. T., "Early Bokk-Bindings from a Coptic Monastery".
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Rafael Ángel Varela (jueves, 23 mayo 2019 15:16)
Información muy interesante. Gracias por el aporte.